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Hunting High and Low

Domingo por la mañana, estás tomando un café por las 7:30,  no tardas en darte cuenta que traes una canción pegada en la cabeza. ¿Cuánto tardas en escuchar las palabras subidas a la mente como música de fondo, el soundtrack de la mañana? Es que no solo son las palabras, es el tono, la melodía que nadie más escucha, y que ya no solamente están en tu mente, sino que se han impulsado contigo y acaban reconociéndose aquí. 

Suenan con tanta naturalidad que simplemente las notas se van adhiriendo al sabor del café, lo saboreas, hasta que las notas más altas te hacen caer a la cuenta de su intensa presencia. 

Esta mañana el café sabe a la canción “Hunting High and Low” de la banda noruega A HA;   la escuché ayer, y mi cerebro debió haberla almacenado sin permiso. Solo porque me gustó mucho la canción.  El cerebro no pide permiso, el cerebro hace su trabajo sin descanso …almacenar información, fabricar recuerdos, maquinar.

 Así se establecen los gustos, por el placer que se experimenta con la vida. Esta canción tiene mucha vida,  es intensa, y en sus subidas y bajadas, se agarra  a todo lo que toca. Me tocó, me toca cada vez que la escucho, sobre todo sus notas altas en la voz, y la parte de los violines que le dan un toque orquestal a tiempo. Cuando entro en razonamiento, encuentro que esto sucede no solamente con el placer, el cerebro se agarra de cualquier sensación intensa, puede ser placer o dolor. Pero en cuanto a la belleza que contiene la canción, escapa a mi razonamiento.

Siento que esta canción que aun no descifro del todo, contiene, vida, placer, dolor, tiempo, duración, fugacidad, deseos, instintos, inteligencia, orquestrados en un todo magistral, es tanta la belleza que casi aterra, en otras palabras, es una experiencia del éxtasis.

La canción habla de la búsqueda de un dulce y breve amor, que se perdió cuando apenas se nos revelaba. Cuando por ese amor entendimos el significado de amar. Por tal razón esa búsqueda se convierte en una incesante cacería que nos llevará por los altos y bajos de la vida. Vale la pena escalar alturas imposibles en busca de ese dulce amor, vale la pena bajar a los infiernos para encontrarlo, y todo lo que hay entre cimas e infiernos es la vida. ¿Qué pasa si el amor se nos presenta a penas en uno de nuestros sueños más salvajes? Eso…hunting high and low, especialmente si ese dulce amor, inexplicablemente se nos resbaló al corazón como agua entre las manos. 

Apenas unos segundos pasan, y ya has viajado por montañas, inviernos, ciudades desconocidas, remotos territorios. Es impresionante como una canción expande lo que está dentro. Has escapado a las paredes del espacio para estar aquí.

Hay búsquedas que requieren el ojo del águila. La voz que interpreta aquí, tiene ese ojo, y  un deseo casi desesperado, una sed autosuficiente; seguramente logrará encontrarte a ti también.  Magnifica voz.

Beatriz Osornio Morales, Video de YouTube.

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Perro en la mesa


Normalmente cuando llego a la casa, mi perro siempre me recibe con brincos y saltos de felicidad, moviendo la cola y tirándose al piso para que le rasque la panza, su cariño favorito. 

Hoy fue diferente.

Entré a una casa silenciosa y sombría, cómodamente fresca pero sombría. Me sorprendió no ver al canino. Busqué con la mirada hacia todas las direcciones inmediatas. Nada. Debe estar afuera, pensé.

Para mi sorpresa, al dar la vuelta ví el hermoso fantasma blanco sentado sobre la mesa del desayunador, sí, ¡en la mesa!  Incrédula, lo miré con detenimiento. 

Me esperaba sentado, expectante, como diciendo: Perdón por no haberte esperado en la puerta, pero me subí a la mesa y ahora no sé como bajarme. ¿Me ayudas? Le hablé fuerte porque esperaba otra disculpa, una más apropiada, algo así como: Sorry por subirme a la mesa con la intención de robar comida,  no me robe nada, mira, el paquete de frituras está intacto, te lo juro que yo no lo abrí. 

Tuve que guardarme el asombro por esa visión, lindo se miraba Casper así, sin vergüenza de nada,  hasta que empecé a regañarlo, mientras lo bajaba bruscamente de la mesa, agarrando el cuerpecillo ligero de pelo blanco (es de una raza pequeña) y en peso, lo baje al piso. Entonces me miró contrariado. Qué diablos me pasaba, ni era para tanto, sólo quería averiguar lo que había en la mesa, para entender porque huele tan delicioso, y los olores atraen a los humanos que se sientan a comer allí ignorando el resto del mundo. 

Era evidente que estaba enojada, así que con la cola entre las patas se metió debajo de una silla para que  lo protegiera de los regaños. Allí se mete  en caso de cualquier  peligro. 

Más que enojo fue sorpresa, nunca había sucedido. Ahora voy a tener que dejar la mesa recogida a brillo de calvicie, hasta que mi amiguito entienda que subirse a la mesa no es de buenos modales. 

Beatriz Osornio Morales, imagen de la red

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Otra vez las voces


Hace 17 años tomé el reto de estar aquí, aquí donde nunca antes había estado. Leer a Jaime Sabines por enésima vez,  para no dudar cómo se escribe el sonido de las emociones. es una buena opción, pero qué se hace con la náusea de la fiesta brava: la pongo en el tocador con la intención de aclarar lo que voy hacer con el mordisqueo de la duda, agazapada aquí, en la parte alta del estómago.

Lo correcto cambia de cara. A veces es una blusa mojada que se replega a la piel, otras, levantar la mirada, alejarse de la rima y correr por el jardín contigo,  compararte con el espejo.

Te han crecido los besos, y aún falta más de una hora para el almuerzo. Quieres que te expliquen las cosas ¿Por qué habrían de explicarsete los acontecimientos?

Esas voces que llegan desde la cafetería a esta hora, podrían ser las voces de la furia, o las voces del pasado enredadas a un espanta vaqueros, rodando por un campo árido, ruedan y ruedan con el viento, y en cada rodar crecen, hasta que ya no se comparan con el halo del recuerdo. Para entonces, el recuerdo está muerto, por muy claro y luminoso que parezca. En cambio, aquí, llegan  empujándose unas a otras para entrar, las voces.

Beatriz Osornio Morales. Imagen de Pinterest.

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El mundo de los conocidos

-Tú y yo sabemos que un día vamos a morir y a enterarnos de cosas que no sabíamos el uno del otro.

– Pero, ¿A qué con eso?

– A que en once años de matrimonio nunca habías mencionado lo de los entrenamientos en cámara de gas- Respondí sin ánimo de reclamar, simplemente como alzar la ceja ante un acontecimiento.

-¿Cuáles entrenamientos?

– En la fuerza aérea. 

– ¡Ah, esos!  ¡Nunca preguntaste! y es cosa del pasado- Argumenta Leynn mientras termina de colgar su ropa en el guarda ropa, asegurándose de que la corbata roja vaya con las corbatas rojas. No le gusta revolver prendas de distintos colores.

– Pero ¿cómo podría ocurrirseme una pregunta así?  No sabía y aun no comprendo cómo se las gastan esos cuerpos militares para lavar cerebros y alzarles según ellos, el carácter a los reclutas. 

-¡Eso no es nada! Solo una experiencia. Ya que insistes te lo diré ¿Estás lista para lo que sea?

-Listísima. 

-Te meten en la cámara, es un cuarto pequeño,  sellan las puertas, sueltan el gas lacrimógeno y en seguida sientes el ardor y la irritación, primero en la nariz, los ojos, la piel, y poco a poco todo se nubla. Lo peor viene segundos después cuando el gas alcanza los pulmones, es una sensación de asfixia tremendamente dolorosa. Te entrenan para saber qué hacer en caso de que un día en batalla o en zona de guerra tengas que pasar por algo así.

-´¿Te dicen qué hacer antes de mandarte adentro? increpo,  mientras me siento medio desnuda en la orilla de la cama, pero sin perderlo de vista. Me gusta ver a  la cara de la gente cuando habla. Él ha sacado la pijama azul cielo con rayas de azul más oscuro.

– Claro. Te dicen que hay equipo que puede servirte para soportar y aliviar la reacción del gas. Observan tus reacciones por un cristal, pero no pueden asistirte hasta el final de la práctica. Allí adentro (o afuera) todo dependerá de ti.

– ¿Qué clase de equipo?

– Una mascarilla de oxigeno, un respirador y agua deben encontrarse a la mano. Técnicamente no están  a la mano, dispersan las cosas, no están a simple vista y tú tienes que buscarlas en su momento. Pero sobre todo observan tu resistencia y  habilidad de mantener la calma, eso incrementará tu posibilidad de sobrevivencia.

-¿Y cómo saben que mantienes la calma? Yo pienso que por efectos del gas puede llegarse a perder no solamente la calma, sino también la conciencia. 

-Precisamente observan eso, que tus reacciones sean conscientes.  

-¡Hmmm!-Suspiro, dirigiéndome hacia el tocador y dejando en claro mi falta de convencimiento.

– Pero ¿Cómo supiste lo del entrenamiento?-

Tardo unos momentos para contestar la pregunta, me quedo mirando a Leynn por el espejo mientras termina de vestirse la pijama, y todavía esperando mi respuesta se mete a la cama:

– Me enteré en la fiesta de Yeilan. Cuando tú te saliste, después del pastel y los regalos,  Rayan estaba argumentando con doña Ross y don David (más bien solo con doña Ross)  el hecho de que ya no se practique esa parte del entrenamiento. Excepto con fuerzas especiales o empleados consulares.

-¡Por supuesto que las utilizan! es de entrenamiento estándar- Argumenta Leynn remarcando las líneas que se le hacen en la frente, tan características de  él. 

– Eso era lo que argumentaba Rayan con su madre que parecía estar mejor informada en el asunto, según ella, se acababa de enterar por fuentes de primera mano.  Mira,  juzga por ti mismo:

“Doña Ross: ¿Qué crees Rayan? Me acaba de decir fulanito (mencionó un nombre que no recuerdo) que ya eliminaron las prácticas de la cámara de gas de la fuerza aérea.

Rayan: ¿Qué? No lo creo. Eso era lo más divertido de ser militar.

Yo: ¡No sabía que hacían prácticas en cámara de gas!

Doña Ross: ¡Ah, sí! Tu marido debe haber pasado por eso.

Yo: ¡Nunca lo ha mencionado! En realidad no menciona nada sobre su periodo de entrenamiento, y rara vez habla ya de la fuerza aérea. 

Rayan: Definitivamente esas prácticas eran de lo mejor,  junto con la de dos hombres en un hoyo cavado en la tierra, los cuales debían pelear a puño pelado hasta que uno de los dos se diera, dijera ¡ya basta! o hasta que pasara el tiempo estipulado por los superiores. 

Rayan, da puñetazos al vacío como si estuviese peleando.

Yo: ¿En serio?

Todos ríen. Yo bebo el último trago de mi seven up, deseando que fuera whisky”

Afuera  todo parece haber quedado en silencio, no se oye ni tráfico, solo el ladrido del perro de la vecina irrumpe la casa.

– Es crudo hablar de eso en una fiesta de niños ¿no te parece?-objeta Leynn. 

– A mí me lo parece, pero era el cumpleaños de su hijo mayor. Ya sabes que Rayan pretende irlos adoctrinando poco a poco en eso de ser “tough” rudos, y creo que Rebeca sustenta esa práctica, mira que los ha llevado al cine a ver una película PG13 cuando el menor tiene apenas 4 años. Pero bueno, sabemos que Rebeca,  no tiene mucho sentido común.

-¿Cuántos años cumplió Yeilan?

– ¡Diez, es de la misma edad de Kevin! Lo hemos discutido cada cumpleaños de alguno de los dos.

– Ok. Ok. ¿Y Don David qué dijo?

-¿Sobre la película?

– ¡No! sobre la práctica suspendida.

– Don David como siempre se quedo callado, asintiendo supongo. Aunque, yo nunca  sé bien si su silencio es de asentimiento o de reprobación.

– ¡Siempre con su poker face! ¿y cómo no con esa mujer que habla hasta por los codos?

Risas. Me meto a la cama y  recargo la almohada en la cabecera,  para leer.

-Sí, Doña Ross fue la que continuo contándome de cuando Rayan tuvo sus entrenamientos:

“Doña Ross: Recuerdo cuando Rayan regreso de sus entrenamientos, fue duro, traía los ojos lagrimosos, la nariz escurridiza, la cara hinchada e irritada, y eso que ya habían pasado tres días. 

Yo: ¡Auch!

Doña Ross: Yo creí que tenía gripe,  intente apapacharlo con cuidados pero me mando a la goma: “No estoy enfermo (me dijo en tono de gendarme) es solo que tuve mi entrenamiento en la cámara de gas, pasará pronto” “Pero debe haber algo que se pueda hacer para aliviarlo, ¡Anda, te preparo una mascarilla de pepinos!” “No insistas, madre, ya te he dicho que pasará pronto” remeda Doña Ross.

Rayan: ¡Esos eran los días buenos!

Doña Ross: Lo serían,  pero me alegra que hayan terminado.

Yo: Entonces ¿De ahora en adelante no habrá más de eso?

Rayan: Me imagino que sí, pues nadie quita la posibilidad de encontrarse en situación de necesidad, en un atentado o…

Doña Ross: Al parecer, según fulanito (el nombre que sigo sin recordar) solamente las fuerzas que se enlisten para servir en zona de conflicto, una vez confirmada su participación, y funcionarios consulares necesitarán ser entrenados para esto.

Rayan: ¡Una pena,  realmente!

Doña Ross: Tú deberías estar al tanto, trabajas para la fuerza, hijo.

Rayan: La verdad no he escuchado nada,  y es raro porque ya sabes que las cosas no clasificadas circulan de inmediato. Debe ser asunto clasificado”

Silencio total.

-Pues a mí también me cabe la duda- Reacciona por fin Leynn con los ojos cerrados en actitud de quererse dormir.

-¿Quién habrá inventado ese tipo de prácticas… para ser ejecutadas también en Inglaterra…?

-..Y en China, ellos escribieron los principios de las ciencias de guerra… claro, se le han ido haciendo agregados y modificaciones conforme al país –Concluye.

-Por eso te decía  que un día vamos a morirnos y a enterarnos de…

– ¡Shhhhhh! Olvidemos el tema, hay cosas que es mejor no saber; apaga la luz y déjame abrazarte.

Beatriz Osornio Morales. Imagen de la red.

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SONETO BLANCO


En un azul de tono absurdo, verso.
El vasto coro cantando al unísono,
y las voces solitarias se mezclan
en la condensación de las escalas.

Como nuevo, denso humo que se inhala
la vida emite inmensas bocanadas,
al pulsar el acorde en tu garganta
de pétalos abiertos es tu canto.

La ciudad espía un halo a distancia,
mientras cantan los grillos en sus vértices,
las casas todavía sueñan ser casas.

Puertas abiertas que se cierran, abren
la piel del cielo azul, y viceversa
ya es primavera en esta voz, estancia.


Beatriz Osornio Morales. Imagen de Pinterest.
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Como escribir un articulo de madera negra

Como escribir un artículo de madera negra/
Edgar Allan Poe.


Sucede que buscando algo para un ensayo que estoy haciendo, encuentro ésta página de Edgar Allan Poe, me llamó la atención por su importancia, y lo sugerente que puede ser para alguien que busca alguna forma o estilo de escritura. Considero que su tono didáctico -poco conocído en él- es propicio no solamente para escribir algo de talla negra como el título bien lo expresa, se pueden hacer otras cosas con las opciones que da el escritor. Yo lo encuentro de mucho valor, sobre todo tratándose de un escritor clásico. Espero que sea de utilidad para alguno de ustedes.

COMO ESCRIBIR UN ARTICULO DE MADERA NEGRA

“Habiendo elegido el tema, en seguida debe considerar el tono o forma de su narración: Está el tono didácticoel entusiasta, el tono natural –en el que cualquier lugar común es suficiente- Pero entonces está el tono lacónico o cortejado, el cual se ha venido poniendo en uso últimamente: consiste en expresiones cortas. De alguna manera formal o determinante (usted). No se puede ser demasiado breve. No se puede ser demasiado áspero. Siempre punto y aparte. Y nunca un párrafo.

Entonces esta el tono elevado, difuso y entrecruzado. Algunos de nuestros mejores novelistas patrocinan este tono. Las palabras todas, deben ser un remolino, y hacer un ruido similar al de un trompo, el cual corresponde remarcada mente bien en lugar de significado. Este es el mejor de los estilos posibles en donde el escritor está demasiado apurado para pensar.

El tono metafísico también es bueno, si conoce algunas palabras grandes ésta es la oportunidad para utilizarlas. Hable de las escuelas Ionicas y Eleáticas-De Archytas, Gorgias y Alimapon. Diga algo a cerca de la objetividad y subjetividad. Asegúrese de abusar de un hombre llamado Locke. Arrisque la nariz a las cosas en general, y cuando se le resbale algo un tanto demasiado absurdo, no necesita tomarse la molestia de rasparlo-borrarlo, solamente agregue una nota de pie de página, y diga que está en deuda por la profunda observación de arriba a Kritikder reinen Vernunft, o a la “Metaphysische Anfangsgrinde der Naturwissenschaft” Esto parecerá erudito y…y… y franco.

Hay varios otros tonos de igual celebridad, pero mencionaré sólo dos más: el tono trascendental y el tono heterogéneo. En el primero, el merito consiste en ver dentro de la naturaleza del asunto mucho más allá de lo que los demás ven. Esta segunda vista es muy eficiente si se maneja apropiadamente. Busque en los Poemas de Channing y parafrasee lo que dice a cerca de su “gordito con un vago espectáculo de lata” Ponga algo de la supremacía –supernal oneness- de sí mismo. No diga ni una silaba de la “infernal desurbanización” sobre todo, estudie la indirecta, de pistas, no acierte nada. Si se siente inclinado a decir “pan con mantequilla” de ninguna manera lo diga directo. Puede dar pistas como –pan de trigo de a dólar- o hasta puede insinuar –puré de avena- pero si “pan con mantequilla” es su significado real, tenga precaución Srita.Psyche, de no decir bajo ninguna circunstancia “pan con mantequilla”

Le aseguré que no volvería a decirlo en lo que me restara de vida. Me besó y continúo. 

En lo que se refiere al tono heterogéneo, es meramente una mezcla juiciosa, de iguales proporciones de todos los otros tonos en el mundo, y está consecuentemente maquillado de todo lo profundo, grandioso, extraño, picante-sabroso, pertinente y bonito”

Edgar Allan Poe Fragmento de “HOW TO WRITE A BLACKWOOD ARTICLE- COMO ESCRIBIR UN ARTICULO DE MADERA NEGRA”Chatham River Press Edition. Pagina 129.
Traducción: Beatriz Osornio Morales
. Imagen de Marc Chagall

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El reinado de las sombras


Navego en la grieta, esta vez no entra ni un hilo de luz;
lo único que hay es una fría oscuridad
y la humedad colándose en la porosidad del espacio.
Dudo de mi propia existencia.

Aquí no existe la roca ni la tierra;
solo la grieta me atrapa con múltiples tentáculos.

Quiero sentir el viento, respirar para no existir aquí.

El calor sofocante es una mentira
recostada junto a ti, pero tú tampoco eres real;
acaso un nombre perdido, como el nombre de Jorge,
extraviado en mi desde hace tiempo, desde hace frío.

Tengo miedo, no, no tengo miedo; tengo
una sonrisa blanca en el cabello, no dejo de sonreír.
Tengo hambre, tengo peces y licor de durazno.
Tengo túneles en el sol y agua de la noria.

Pero he vuelto a caer en lo que soy aquí,
la reina de las sombras, en la grieta.
No quiero ser esto, quiero ver la luz,
abdicar mi reinado, y ser más que un destello
resplandeciendo en la oscuridad.

Beatriz Osornio Morales. Imagen de la red.

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En las orillas de marzo II

II
Las primeras caricias que sentí
fue dentro del cálido útero, y
fueron las vibraciones de una voz
arenosa, cantando una canción maternal.

Luego, las voces viajando
en el aire exterior;
generando olas a través del fluído gestacional,
donde cabalgaban las orillas…
todas las orillas de lo que iba a ser.

Yo en la voragine
sosteniéndome al centro de lo que ya era,
cada una de sus suaves líneas,
sustancia blanda que desde Marzo
insinuaba las partes de mi cuerpo.


Beatriz Osornio Morales, imagen de la red
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En las orillas de marzo


I
Usted comprende que jamás
es un adiós, el peor,
marzo, marzo, marzo…

Y si todo esto que digo
fuera sólo un tumor, un camaleón
estudiado con ojos arácnidos,
para explicarse la multiplicidad,
y saber que en la cabeza de un alfiler
existe el salto mortal,
balanceandose para no caer
en marzo, marzo, marzo.

Cortale un piecito, dices.
Piensas que se deja de sentir
así nomás, porque sí;
y el amor retoña con pensarlo.
Hay suelos fuera del alcance
de la memoria.

Beatriz Osornio Morales, imagen de la red

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Ojo quimérico


Dijimos adiós desde la niebla
junto al río había una banca
donde se sentó la mañana.

Por la ventana del tren agite la mano
respondieron cien ayeres de neblina

y me quede carne sin piel
y te marchaste piel sin huesos.

He caminado cientos de veces
por un puente sin cruzarlo.
La niebla me hace llorar
cuando fumo en una estación
desierta.

Y soy feliz mirando el
tren adentrarse, etéreo en mi ojo.

Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.